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lunes, 18 de agosto de 2008

En el principio fue el sexo.


Cuando se escribió la Biblia eran otros tiempos, eso está claro. Hay un comentario, muy simpático e inocente al inicio de La Santa Biblia, en Ediciones Paulinas. así empieza la Biblia: "La creación. Al principio Dios creó el cielo y la tierra." Y el comentario dice: "El hombre de hoy, como el de hace veinte o treinta siglos sigue planteándose interrogantes fundamentales sobre su misma existencia. por eso no han perdido actualidad estos capítulos, que tratan de dar una respuesta a las preguntas más acuciantes de la humanidad: el sentido de la vida, la presencia del mal en el mundo, los orígenes del cosmos y del hombre. Estos textos sitúan la historia del pueblo de Dios en el cuadro de la historia universal.

Debe ser que la edición que yo tengo es del año 1988, el 11 de noviembre hará justo veinte años... y por eso el comentario está bastante desfasado... Debe ser que en el 88 no existía google...

Hagamos un divertimento...

En google hay...

46.200.000 entradas de sentido de la vida,
26.600.000 de meaning of life,
171.000.000 de porno,
214.000.000 de porn,
107.000.000 de sexo,
76.700.000 de Dios,
57.200.000 de muerte,
117.000.000 de guerra, más entradas que sexo (increíble)
33.400.000 de cosmos,
72.600.000 de Paris Hilton, acercándose a Dios,

curiosamente en la palabra inglesa para decir dios, God, tiene la friolera cantidad de 615.000.000 entradas.

Superada a su vez por life, 2.150.000.000...

En cuanto a la busqueda sólo hace falta entrar a google trends, para darse cuenta que la palabra más buscada es sex... Incluso en la India, tierra donde nació el budismo sobrepasa de larguísimo... la palabra sex a la palabra buddha...

y si comparamos felicidad con sexo la batalla la sigue ganando de un modo espectacular la palabra sexo...

Eso sí, si comparamos amor con sexo... la cosa ya no está tan clara... Por ejemplo en Perú hay más búsquedas con la palabra amor que con la palabra sexo... Increíble!!!

Hay muchísimas más búsquedas con la palabra guerra que con la palabra felicidad...

En España hay más búsquedas con la palabra paz que con la palabra felicidad...

Así que cada uno haga sus cálculos...

Y ahora esto último por diversión...

Entre Leonardo, Picasso, Warhol, Duchamp, y van Gogh, a quien más se busca es a Leonardo y a Picasso... Tan sólo los ingleses buscan un poco más a Warhol, pero siempre por detrás de Picasso. Esto no significa nada, pero... es curioso...

martes, 12 de agosto de 2008

La influencia del otro.


Hace tiempo que vengo pensando en algo, que por otro lado tampoco es nada novedoso, simplemente que lo voy observando; creo que nos conformamos a partir de lo que vemos, oímos, hacemos, leemos, pensamos o imaginamos. Pero, sobre todo, de lo que quería hablar es de como nos influye estar con la gente, la influencia del otro.

Ya que funcionamos por imitación, tener cerca a gente de mente abierta nos ayudará seguramente a tener una mente más abierta. Si tenemos gente tranquila a nuestro alrededor tal vez esto nos ayude a estar más tranquilos. Llegué a observar cómo los gatos se ponen nerviosos si estamos irritados o nerviosos, si gritamos, si andamos o nos movemos de un modo agresivo.
Si tenemos cerca gente que habla a gritos será mucho más fácil caer en el grito, pero si por el contrario cerca de nosotros hay silencio y susurros, seguramente hablaremos menos, y si lo hacemos no levantaremos demasiado la voz.

Hay gente que tiene unos ritmos muy especiales, y que su sola presencia genera un ambiente, un ritmo concreto de conversación. Si en la mesa hay sentadas personas que quieren hablar a toda costa, sin escuchar, o bien aparecerán personas que hablarán cada vez más veloces, o bien personas que permanecerán calladas. Si en casa, o en reuniones, destaca alguien que cuenta historias de un modo habilidoso, captando la atención, pronto se crearán personas que aprendan a escuchar, y que se deleiten con las historias. Si, por ejemplo, hay un padre autoritario que no sólo habla él, sino que además lo hace con voz estentórea , pronto aparecerán hijos sumisos o hijos rebeldes, donde seguramente se aprendan las claves de las disputas, de esos diálogos rápidos donde uno quiere desbancar al otro por medio de réplicas aceradas. Si el ambiente es hostil, nuestro estómago se tensará, y nuestros sistemas de defensa comenzarán a edificar muros de contención. Si el ambiente es tierno, donde uno puede expresar tranquilamente lo que siente, aparecerá pronto la libertad de expresión y la sensación de que uno puede comunicar con facilidad sus sentimientos.
Si el trabajo es estresante, la gente no estará para muchas sonrisas, lo cual evidentemente repercutirá en el trato entre los trabajadores.
Si la tendencia entre los amigos es de insulto siempre habrá quien acabe sintiéndose ofendido, y quien aprenda a dañar sin compasión.

Cuando uno frecuenta personas que tratan de negocios no dejará de oír tecnicismos, voces diplomáticas, y palabras referentes al sube y baja del dinero.
No es lo mismo estar charlando con un pastor de ovejas, que con un inversor de banca.

Al imitar, no dejamos de apropiarnos sentimientos de otros, y así llegamos a aprender a usar el sarcasmo, o toda la maravillosa técnica del engaño.

No nos sentimos igual en el salón de un restaurante de cinco estrellas, que en el salón de un hostal, y como no nos sentimos igual no nos comportamos igual.
Cuando, a veces, se consigue reunir amigos de ambientes diferentes suele ocurrir que unos no cuadran con los otros. tal vez alguien sea capaz de zambullirse en ambientes diferentes, pero no ocurre igual con todos.

Por ejemplo, recuerdo la primera vez que fui a ver una pelea freestyle de hip hop. Nunca había tenido un amigo al que le gustase el hip hop, y no había tenido la necesidad, tampoco la curiosidad de ir a una de estas peleas. Al final, me gustó y fui a un par más de ellas. Allí la gente canta, rapea, se hacen ritmos con la voz, hay un tipo de miradas, se ven grupos muy definidos, la estética es de un modo concreto. Si este entorno fuese mi habitual no me sentiría extraño, e incluso tal vez yo me comportaría como ellos, pero no consigo engancharme a ninguna tribu.
Un entorno católico, donde por ejemplo todas las noches, antes de acostarse, se rece a dios, o un entorno hippie, donde todas las noches, antes de acostarse, se fume un porro.

En El Cairo, por ejemplo, no es extraño encontrar a cuatro subidos en una motocicleta, y como todos lo hacen pues todos se ven con la posibilidad de hacerlo. Está claro que la suma de individuos conforma la sociedad en la que estos viven.

Depende de con quien nos vayamos encontrado por el camino acabaremos siendo unos u otros. Cuando toda la gente cercana es un horror, siempre nos queda la lectura, la reflexión, la imaginación, y por supuesto la curiosidad.

Originalidad o imitación.


Los humanos no somos tan originales ni tan auténticos como creemos, aunque tampoco ocurre nada, eso no nos hace ni mejores ni peores de lo que somos. Pero es interesante ser un poco conscientes de ellos, porque ya desde pequeños vamos conformando nuestro carácter y nuestros gustos, y nuestros gestos a partir de lo que vemos u oímos.
No es difícil ver a un hijo andar como lo hace su madre o su padre, o a una niña pedir una cola light como hace su padre o su madre, o a un niño hablar con los mismos prejuicios que tengan sus padres. Tampoco es extraño incluso oír como el niño imita claramente el tono de la madre, o del madre, e incluso la entonación, y por eso es tan evidente distinguir a un gallego, de un gaditano, o a un argentino de un chileno, sencillamente la imitación.
Una vez conocí a una alemana que había aprendido castellano en colombia, y no dejaba de decir ¡qué chebere! además de notarse ese acento latinoamericano, lo cual resultaba curioso, porque ella no perdía su acento alemán.

Imitamos todo. Desde el modo de caminar, hasta el modo de ver las cosas. depende del grado de contrastes y de crecimiento interior el hecho de que cada individuo vaya conformando su propio carácter. la mayoría de las veces, por desgracia esto no suele ocurrir. Y por eso no es tan difícil encontrar que la gente de pueblo habla con ese deje de pueblo, que no es necesario para comunicarse. no lo critico, simplemente que es pura y sencilla imitación.

Lo mismo ocurre con las televisiones, con sus comentaristas, o con los reporteros, todos ponen, dependiendo del canal al que pertenezcan una entonación común.

Y después hay voz de partido de fútbol, para televisión de un modo, para radio de otro. (He de reconocer que una de las voces que más odio es la del Carrusel deportivo, en la radio.) hay voz de locutor de partidos de baloncesto, de lucha libre, de ciclismo, de carreras de formula uno... y todas se van imitando unas a otras...

También ocurre en series de televisión... que un actor con una determinada voz, y un modo concreto de entonar acaba siendo imitado por todos...

Se imitan las voces de la calle, de los gorrillas aparcacoches, siempre con esa voz rota, algo que parece ser inherente a todo gorrilla...

Se imita la voz a la hora de pedir limosnas...
Se imita la voz de cajera del supermercado...
se imita la voz de los aeropuertos, de las estaciones de trenes...

Es como si uno no pudiese decir lo mismo sin esa entonación concreta...

Pero con todo esto se puede vivir... Al fin y al cabo no parece hacer mucho daño a nadie...

pero hay algo, que creo que no es muy positivo... y es cuando el niño imita los gustos del padre o de la madre, y no sólo los gustos, sino también el modo de pensar, o el tipo de preocupaciones... Niños con seis años que ya tienen ideas raciales porque las han oído de sus padres...
En el youtube se pueden ver dos videos curiosos... Un niño cantando el Cara al Sol, otro niño cantando una canción De Extremoduro... me imagino que esto va a configurar los caracteres de ambos niños... ni necesariamente el primero acabará siendo un neo-nazi... ni el segundo un drogata... pero me da a mí que algo sí que les va a influir...

Lo que más sorprende es ver a un niño, o a una niña de seis años, pedir una cola light, porque si no es light engorda... un niño de seis años ya sabe muchas cosas y es muy inteligente... pero no encuentro la necesidad de tener ya en mente un problema de obesidad o de sentirse gordo... Tal vez sería más lógico que pidiesen agua porque la cafeína no deja dormir, o excitante... esto me parecía no sólo más lógico, sino de un niño que está siendo educado desde la claridad... y no desde el miedo... o la manía...

Porque las manías también se imitan... Sólo necesitamos que alguien nos diga que las barras del metro, donde uno se puede agarrar para no caerse cuando el tren está en movimiento, están llenas de mugre de los otros, para que comencemos a sentir esa mugrecilla y ya nos moleste cogernos de las barras para no caer... haciendo acrobacias de pie para no caer...

Se imita el modo de reír, el modo de enfadarse, el modo de tener ira... me sorprende ver a niños de cuatro años con ojos llenos de ira... ¿Dónde habrán visto esos niños una mirada tan llena de ira?

Se imita el tipo de peinado, la manera de vestirse... últimamente no dejo de ver a jóvenes de 14 o 15 años con estética Emo, todos de negro, blanco y rosa, con sus peinados inverosímiles... Y no lo critico... también cada uno tiene que encontrar su lugar... Simplemente es que últimamente observo muchos... y me causa extrañeza... Pero hubo un tiempo en que todos eran rockers, o heavys, o punks, o maquinetos...
La imitación es una manera de aprender... Los artistas no dejan de imitarse... hasta que encuentran su propio camino... a fuerza de rascar... hay unas tendencias... que se siguen durante un tiempo hasta que alguien descubre algo nuevo... y vuelve a aparecer una nueva tendencia... y así sin descanso...

Se suele argumentar que para ser original lo mejor que uno puede hacer es ser uno mismo... y tal vez sea cierto... Lo que ocurre es que tal vez nunca sepamos muy bien quienes somos nosotros mismos...