lunes, 18 de agosto de 2008

En el principio fue el sexo.


Cuando se escribió la Biblia eran otros tiempos, eso está claro. Hay un comentario, muy simpático e inocente al inicio de La Santa Biblia, en Ediciones Paulinas. así empieza la Biblia: "La creación. Al principio Dios creó el cielo y la tierra." Y el comentario dice: "El hombre de hoy, como el de hace veinte o treinta siglos sigue planteándose interrogantes fundamentales sobre su misma existencia. por eso no han perdido actualidad estos capítulos, que tratan de dar una respuesta a las preguntas más acuciantes de la humanidad: el sentido de la vida, la presencia del mal en el mundo, los orígenes del cosmos y del hombre. Estos textos sitúan la historia del pueblo de Dios en el cuadro de la historia universal.

Debe ser que la edición que yo tengo es del año 1988, el 11 de noviembre hará justo veinte años... y por eso el comentario está bastante desfasado... Debe ser que en el 88 no existía google...

Hagamos un divertimento...

En google hay...

46.200.000 entradas de sentido de la vida,
26.600.000 de meaning of life,
171.000.000 de porno,
214.000.000 de porn,
107.000.000 de sexo,
76.700.000 de Dios,
57.200.000 de muerte,
117.000.000 de guerra, más entradas que sexo (increíble)
33.400.000 de cosmos,
72.600.000 de Paris Hilton, acercándose a Dios,

curiosamente en la palabra inglesa para decir dios, God, tiene la friolera cantidad de 615.000.000 entradas.

Superada a su vez por life, 2.150.000.000...

En cuanto a la busqueda sólo hace falta entrar a google trends, para darse cuenta que la palabra más buscada es sex... Incluso en la India, tierra donde nació el budismo sobrepasa de larguísimo... la palabra sex a la palabra buddha...

y si comparamos felicidad con sexo la batalla la sigue ganando de un modo espectacular la palabra sexo...

Eso sí, si comparamos amor con sexo... la cosa ya no está tan clara... Por ejemplo en Perú hay más búsquedas con la palabra amor que con la palabra sexo... Increíble!!!

Hay muchísimas más búsquedas con la palabra guerra que con la palabra felicidad...

En España hay más búsquedas con la palabra paz que con la palabra felicidad...

Así que cada uno haga sus cálculos...

Y ahora esto último por diversión...

Entre Leonardo, Picasso, Warhol, Duchamp, y van Gogh, a quien más se busca es a Leonardo y a Picasso... Tan sólo los ingleses buscan un poco más a Warhol, pero siempre por detrás de Picasso. Esto no significa nada, pero... es curioso...

domingo, 17 de agosto de 2008

No hay nada que entender



Leí hace años un cuentecillo hindú en el que un monje le pedía a su maestro que le enseñase el camino para encontrar la sabiduría. El maestre le dijo al monje que fuera a una cueva pero que no pensara en monos, si lo conseguía le enseñaría el camino hacia la sabiduría. El monje pasó un tiempo en la cueva y un día regresó. ¿Y bien? Preguntó el maestro. No he dejado de pensar en monos, contestó el discípulo.

A mí me ocurre constantemente esto de los monos. Hay pensamientos que me gustaría apartar y no consigo más que aumentar su densidad.

Supongo que la respuesta lógica que le daría el maestro al discípulo sería: deja de pensar en los monos. Pero, ¿y cómo se hace eso? Pues, evidentemente dejando de pensar.

Lo de los budistas y los hindúes es algo extraño. Deja de pensar. Y ¿qué hago? ¿Siento? Sentir te hace pensar. a lo mejor es que siento de un modo incorrecto. No lo entiendo. Pero, claro, el maestro me diría, no hay nada que entender. Siente únicamente.

Una vez le pregunté a mi profesor de pintura ¿qué era el surrealismo? Cogió una lámina de un cuadro de Magritte, uno en el que aparecen unos tipos con traje y sombrero flotando en el aire y me dijo: esto es el surrealismo. No tuve más dudas, a partir de ahí siempre supe qué era el surrealismo.

Alguna vez antes le había dicho que no entendía el arte contemporáneo, y me dijo que en el arte no había nada que entender.

Cuando a Man Ray, el único surrealista que sigue interesándome, le preguntaron unos periodistas qué significaban sus objetos surrealistas, él les dijo: cuando alguien me diga qué significa el andar de una mujer les diré qué significan mis objetos surrealistas.

No hay nada que entender.

Así que yo me pregunto, ¿no será, pues, todo una equivocación?


miércoles, 13 de agosto de 2008

El universo se expande.

Hay una película de Woody Allen, no recuerdo si es Annie Hall, o Hanna y sus hermanas, en la que aparece el personaje que interpreta Woody Allen de niño. La escena muestra como una madre preocupada lleva a su hijo al psicólogo, porque el niño se niega a estudiar. El hijo argumenta que no quiere seguir estudiando porque el universo se expande y de seguir así acabará explotando. Es una escena muy divertida, pero no deja de haber un trasfondo terrible en todo ello.

Anoche, antes de acostarme, me puse a curiosear los últimos capítulos de un libro muy interesante, Historia intelectual del siglo XX, publicado en España por Crítica, en 2002. Su título original en inglés es A terrible Beauty. A history of the people and Ideas that shaped the modern mind.

El libro es una guía muy interesante del siglo XX, pero no habla de las guerras, como suelen hacer todos los libros de historia, sino de todos los logros intelectuales, culturales y artísticos del siglo XX.

Buscaba alguna idea, o algo curioso que me diese para pensar antes de dormir. Es algo que suelo hacer... No sé si será sano, pero acostumbro a cerrar la luz cuando tengo un pensamiento que me va a ayudar a encontrar el sueño...

Estaba leyendo el penúltimo capítulo, titulado el profundo orden del caos, donde comienza hablando de los inicios de internet. La idea original nace en 1945, de la mano de Vannevar Bush. En 1968, ahora hace cuarenta años, se instala la primera red, y los sites se encontraban en la universidad de California, en los Ángeles (UCLA), en el Instituto de Investigación de Standford (SRI), en la Universidad de Utah y en la Universidad de California, en santa Bárbara. Los e-mails nacen en 1972, pero internet, tal y como la conocemos actualmente se inicia en 1977. El último cambio de la red, se da de la mano de los miembros de la Organización Europea para la Investigación nuclear, el CERN, cuando se crea la Wold Wide web (www).

Parece que internet lleva dos días entre nosotros, pero podríamos decir que tiene casi cincuenta años.

Todo iba bien en la lectura hasta que apareció delante de mí el nombre de Stephen Hawking. Ese científico que va con silla de ruedas, y que se comunica por medio de un ordenador especial conectado a un sintetizador de voz.

En 1988 publicó un interesante libro de divulgación científica: La historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros, que fue un éxito de ventas, y parece que hizo acercar la ciencia a la gente en general.

Seguí con el capítulo del libro, donde se iba explicando que si los agujeros negros, que si la relatividad del tiempo y del espacio... y que si el universo al principio era tan pequeño como una canica y después explotó...

Aparte el libro y comencé a imaginar el espacio... y a fantasear con todo eso del universo que crece... y que los humanos y el Planeta Tierra no somos más que un minúsculo puntito en todo el universo, además de comenzar a pensar que hay más universos... y... mi mente comenzó a volar y volar... y volar... pero en lugar de dormirme... me vino una pregunta a la cabeza... ¿Es necesario hacer nada, ya que somos tan insignificantes? ¿Es necesario escribir nada, o crear nada, o preocuparse por nada? Entonces recordé la escena de la película de Woody Allen.

Me paré un segundo. Sonreí. Y pensé que no valía ni mucho, ni poco, hacer nada. Simplemente que si a uno le apetecía hacer algo pues tenía que hacerlo, y si no, pues no. Y así poco a poco fui durmiéndome. no recuerdo qué he soñado, pero aquí estoy escribiendo estas reflexiones, sin más ni menos.



martes, 12 de agosto de 2008

La influencia del otro.


Hace tiempo que vengo pensando en algo, que por otro lado tampoco es nada novedoso, simplemente que lo voy observando; creo que nos conformamos a partir de lo que vemos, oímos, hacemos, leemos, pensamos o imaginamos. Pero, sobre todo, de lo que quería hablar es de como nos influye estar con la gente, la influencia del otro.

Ya que funcionamos por imitación, tener cerca a gente de mente abierta nos ayudará seguramente a tener una mente más abierta. Si tenemos gente tranquila a nuestro alrededor tal vez esto nos ayude a estar más tranquilos. Llegué a observar cómo los gatos se ponen nerviosos si estamos irritados o nerviosos, si gritamos, si andamos o nos movemos de un modo agresivo.
Si tenemos cerca gente que habla a gritos será mucho más fácil caer en el grito, pero si por el contrario cerca de nosotros hay silencio y susurros, seguramente hablaremos menos, y si lo hacemos no levantaremos demasiado la voz.

Hay gente que tiene unos ritmos muy especiales, y que su sola presencia genera un ambiente, un ritmo concreto de conversación. Si en la mesa hay sentadas personas que quieren hablar a toda costa, sin escuchar, o bien aparecerán personas que hablarán cada vez más veloces, o bien personas que permanecerán calladas. Si en casa, o en reuniones, destaca alguien que cuenta historias de un modo habilidoso, captando la atención, pronto se crearán personas que aprendan a escuchar, y que se deleiten con las historias. Si, por ejemplo, hay un padre autoritario que no sólo habla él, sino que además lo hace con voz estentórea , pronto aparecerán hijos sumisos o hijos rebeldes, donde seguramente se aprendan las claves de las disputas, de esos diálogos rápidos donde uno quiere desbancar al otro por medio de réplicas aceradas. Si el ambiente es hostil, nuestro estómago se tensará, y nuestros sistemas de defensa comenzarán a edificar muros de contención. Si el ambiente es tierno, donde uno puede expresar tranquilamente lo que siente, aparecerá pronto la libertad de expresión y la sensación de que uno puede comunicar con facilidad sus sentimientos.
Si el trabajo es estresante, la gente no estará para muchas sonrisas, lo cual evidentemente repercutirá en el trato entre los trabajadores.
Si la tendencia entre los amigos es de insulto siempre habrá quien acabe sintiéndose ofendido, y quien aprenda a dañar sin compasión.

Cuando uno frecuenta personas que tratan de negocios no dejará de oír tecnicismos, voces diplomáticas, y palabras referentes al sube y baja del dinero.
No es lo mismo estar charlando con un pastor de ovejas, que con un inversor de banca.

Al imitar, no dejamos de apropiarnos sentimientos de otros, y así llegamos a aprender a usar el sarcasmo, o toda la maravillosa técnica del engaño.

No nos sentimos igual en el salón de un restaurante de cinco estrellas, que en el salón de un hostal, y como no nos sentimos igual no nos comportamos igual.
Cuando, a veces, se consigue reunir amigos de ambientes diferentes suele ocurrir que unos no cuadran con los otros. tal vez alguien sea capaz de zambullirse en ambientes diferentes, pero no ocurre igual con todos.

Por ejemplo, recuerdo la primera vez que fui a ver una pelea freestyle de hip hop. Nunca había tenido un amigo al que le gustase el hip hop, y no había tenido la necesidad, tampoco la curiosidad de ir a una de estas peleas. Al final, me gustó y fui a un par más de ellas. Allí la gente canta, rapea, se hacen ritmos con la voz, hay un tipo de miradas, se ven grupos muy definidos, la estética es de un modo concreto. Si este entorno fuese mi habitual no me sentiría extraño, e incluso tal vez yo me comportaría como ellos, pero no consigo engancharme a ninguna tribu.
Un entorno católico, donde por ejemplo todas las noches, antes de acostarse, se rece a dios, o un entorno hippie, donde todas las noches, antes de acostarse, se fume un porro.

En El Cairo, por ejemplo, no es extraño encontrar a cuatro subidos en una motocicleta, y como todos lo hacen pues todos se ven con la posibilidad de hacerlo. Está claro que la suma de individuos conforma la sociedad en la que estos viven.

Depende de con quien nos vayamos encontrado por el camino acabaremos siendo unos u otros. Cuando toda la gente cercana es un horror, siempre nos queda la lectura, la reflexión, la imaginación, y por supuesto la curiosidad.

Originalidad o imitación.


Los humanos no somos tan originales ni tan auténticos como creemos, aunque tampoco ocurre nada, eso no nos hace ni mejores ni peores de lo que somos. Pero es interesante ser un poco conscientes de ellos, porque ya desde pequeños vamos conformando nuestro carácter y nuestros gustos, y nuestros gestos a partir de lo que vemos u oímos.
No es difícil ver a un hijo andar como lo hace su madre o su padre, o a una niña pedir una cola light como hace su padre o su madre, o a un niño hablar con los mismos prejuicios que tengan sus padres. Tampoco es extraño incluso oír como el niño imita claramente el tono de la madre, o del madre, e incluso la entonación, y por eso es tan evidente distinguir a un gallego, de un gaditano, o a un argentino de un chileno, sencillamente la imitación.
Una vez conocí a una alemana que había aprendido castellano en colombia, y no dejaba de decir ¡qué chebere! además de notarse ese acento latinoamericano, lo cual resultaba curioso, porque ella no perdía su acento alemán.

Imitamos todo. Desde el modo de caminar, hasta el modo de ver las cosas. depende del grado de contrastes y de crecimiento interior el hecho de que cada individuo vaya conformando su propio carácter. la mayoría de las veces, por desgracia esto no suele ocurrir. Y por eso no es tan difícil encontrar que la gente de pueblo habla con ese deje de pueblo, que no es necesario para comunicarse. no lo critico, simplemente que es pura y sencilla imitación.

Lo mismo ocurre con las televisiones, con sus comentaristas, o con los reporteros, todos ponen, dependiendo del canal al que pertenezcan una entonación común.

Y después hay voz de partido de fútbol, para televisión de un modo, para radio de otro. (He de reconocer que una de las voces que más odio es la del Carrusel deportivo, en la radio.) hay voz de locutor de partidos de baloncesto, de lucha libre, de ciclismo, de carreras de formula uno... y todas se van imitando unas a otras...

También ocurre en series de televisión... que un actor con una determinada voz, y un modo concreto de entonar acaba siendo imitado por todos...

Se imitan las voces de la calle, de los gorrillas aparcacoches, siempre con esa voz rota, algo que parece ser inherente a todo gorrilla...

Se imita la voz a la hora de pedir limosnas...
Se imita la voz de cajera del supermercado...
se imita la voz de los aeropuertos, de las estaciones de trenes...

Es como si uno no pudiese decir lo mismo sin esa entonación concreta...

Pero con todo esto se puede vivir... Al fin y al cabo no parece hacer mucho daño a nadie...

pero hay algo, que creo que no es muy positivo... y es cuando el niño imita los gustos del padre o de la madre, y no sólo los gustos, sino también el modo de pensar, o el tipo de preocupaciones... Niños con seis años que ya tienen ideas raciales porque las han oído de sus padres...
En el youtube se pueden ver dos videos curiosos... Un niño cantando el Cara al Sol, otro niño cantando una canción De Extremoduro... me imagino que esto va a configurar los caracteres de ambos niños... ni necesariamente el primero acabará siendo un neo-nazi... ni el segundo un drogata... pero me da a mí que algo sí que les va a influir...

Lo que más sorprende es ver a un niño, o a una niña de seis años, pedir una cola light, porque si no es light engorda... un niño de seis años ya sabe muchas cosas y es muy inteligente... pero no encuentro la necesidad de tener ya en mente un problema de obesidad o de sentirse gordo... Tal vez sería más lógico que pidiesen agua porque la cafeína no deja dormir, o excitante... esto me parecía no sólo más lógico, sino de un niño que está siendo educado desde la claridad... y no desde el miedo... o la manía...

Porque las manías también se imitan... Sólo necesitamos que alguien nos diga que las barras del metro, donde uno se puede agarrar para no caerse cuando el tren está en movimiento, están llenas de mugre de los otros, para que comencemos a sentir esa mugrecilla y ya nos moleste cogernos de las barras para no caer... haciendo acrobacias de pie para no caer...

Se imita el modo de reír, el modo de enfadarse, el modo de tener ira... me sorprende ver a niños de cuatro años con ojos llenos de ira... ¿Dónde habrán visto esos niños una mirada tan llena de ira?

Se imita el tipo de peinado, la manera de vestirse... últimamente no dejo de ver a jóvenes de 14 o 15 años con estética Emo, todos de negro, blanco y rosa, con sus peinados inverosímiles... Y no lo critico... también cada uno tiene que encontrar su lugar... Simplemente es que últimamente observo muchos... y me causa extrañeza... Pero hubo un tiempo en que todos eran rockers, o heavys, o punks, o maquinetos...
La imitación es una manera de aprender... Los artistas no dejan de imitarse... hasta que encuentran su propio camino... a fuerza de rascar... hay unas tendencias... que se siguen durante un tiempo hasta que alguien descubre algo nuevo... y vuelve a aparecer una nueva tendencia... y así sin descanso...

Se suele argumentar que para ser original lo mejor que uno puede hacer es ser uno mismo... y tal vez sea cierto... Lo que ocurre es que tal vez nunca sepamos muy bien quienes somos nosotros mismos...


Sueño. La esfinge de Coleridge, la señora de la bienvenida, y el señor de los naipes.


Dice Borges al principio de
Ragnarök, en su libro El hacedor, "en los sueños (escribe Coleridge) las imágenes figuran las impresiones que pensamos que causan; no sentimos horror porque nos oprime una esfinge, soñamos una esfinge para explicar el horror que sentimos".

La primera vez que leí estas palabras me cambiaron el modo de entender mis sueños, y por supuesto ya nunca más odié ni renuncié a mis pesadillas. De hecho entiendo que padecer pesadillas es toda una suerte, porque es la forma del sueño más expresiva, la más contundente. nuestro inconsciente nos quiere decir algo y lo dice de un modo acerado.
A partir de las palabras de Coleridge uno ya no debería tener miedo al soñar, sino que cualquier horror en el sueño es toda una bendición. he vuelto muchas veces a releer estas palabras y sigo sin acabar de comprender totalmente qué significa esto de que nuestra mente crea un monstruo para explicarnos el horror. A primera vista es sencillo de entender, pero creo que a veces soy muy poco inteligente y en estas menundencias no consigo aclararme.
Esta noche he tenido un sueño, no llegaba a ser una pesadilla, pero tenía sus momentos de horror.
Había llegado a una especie de gasolinera con una gran escalera con una amiga para recoger unos papeles, las bases para un concurso de escritura, creo que en concreto de guión de cine. Yo no quería, porque no me veo capaz de escribir ningún guión de cine. Finalmente mi amiga y yo recogíamos ambos las bases. Y una señora que parecía conocerme me saludaba y me daba las gracias por recoger las bases. Era como si ya se hubiese cerrado el plazo de inscripción, pero ante la poca cantidad de gente que había acudido anteriormente, habían abierto de nuevo el plazo, buscando nuevos escritores.
Yo tenía ganas de irme, porque tenía unas ganas enormes de comer, pero cuando nos disponíamos a marchar, ha aparecido un señor con unas carpetas y unos bolígrafos, diciéndonos que el curso constaba de 40 horas, y que la clase de hoy duraría cinco horas. Lo que yo en un principio creía que sería recoger las bases para un concurso de escritura, ahora se había convertido en un curso de guión de cine.
Los cuarenta o cincuenta que estábamos allí, bajábamos las escaleras y entrábamos en el edificio. Una vez más la señora me daba las gracias por haber acudido. Poco a poco la gente iba separándose. Subían las escaleras por parejas, o por tríos, o individualmente. A mitad de la subida, había como una rampa, y a medio camino de la rampa un señor iba haciendo unas preguntas. A mi me enseñaba un naipe rayado con bolígrafo rojo y me preguntaba izquierda o derecha. Yo no entendía lo que me preguntaba, pero aquello me creaba cierta ansiedad, porque dependiendo de mi elección iba a cambiar el desarrollo del curso. Me decidía por la izquierda. Delante de mi había unas tres o cuatro personas, y yo me echaba al suelo, cerca de ellas. El personaje del naipe, me había hecho una señal como para darme a entender que me conocía y que era mejor que eligiese el lado izquierdo. Después llegaban otros. Unos se situaban a la izquierda y otros a la derecha. Era una sala bastante blanca, con tubos fluorescentes en el techo, muy blancos. Se nos iba preguntando, ideas para llevar a cabo, situaciones. Y cada uno contestaba su idea según le venía a la cabeza. Después uno se encargaba de seducir a quien quisiera con una idea. Y así, unos a otros. Más tarde el señor del naipe escogía a uno y le pedía que cocinara algo para alguien. pero nunca se perdía el ambiente de seducción, casi sexual, pero siempre a partir de las ideas o de la comida. Más tarde, me ha elegido a mí, y yo me he acercado a los que había más al final. Los últimos que habían entrado, que eran como muy felinos, de movimientos muy sensuales. había como una muchacha, como muy gatita, que finalmente se me agarraba a la espalda, sacaba sus garras y pinchaba mi carne. No podía quitármela, y me provocaba un dolor terrible. Al final he conseguido tirarla al suelo y he vuelto a mi sitio. poco después me he despertado.

En este sueño, ¿cuál sería la esfinge? ¿La gata? ¿El curso de guión? ¿La seducción?
Por un lado tengo la sensación agradable de la señora que me daba la bienvenida, y que me llamaba por mi nombre, y de la persona de los naipes que me hacía una señal para que eligiese correctamente. Por el otro lado, esa gata que me pinchaba con sus garras, de la que yo en un principio me fiaba y de la que después no conseguía desasirme. Y, ¿por qué un curso de guión? Si ni siquiera se me ha pasado por la cabeza escribir nada para el cine.

Tal vez es que siento horror ante esa rama de la escritura. Tal vez sienta horror ante la seducción por medio de las ideas. Tal vez siento horror ante los cursos de escritura. esto último no lo creo. ¿Miedo a los gatos? Tengo cuatro y nunca me han arañado.

Una de las cosas que más me inquieta es esa señora, porque una y otra vez me daba la bienvenida y se alegraba de que finalmente hubiese acudido allí.

Nunca pretendo interpretar los sueños de un modo concreto, me quedo siempre con las sensaciones. No guardo, pues, una sensación dolorosa del sueño, pero si inquietante. Desde el inicio del sueño hay como una fuerza que me lleva a hacer algo, que se me impone de alguna manera, pero que yo acepto.

Tal vez sea esto... la vida te va llevando, y aunque quieras controlarla... ella te dirige con su fuerza y sus remolinos azarosos.



lunes, 11 de agosto de 2008

Cucarachas: símbolos de la supervivencia.


Hoy me he decidido por fin a comprar un spray para matar cucarachas. Hacía diez años que no mataba a una cucaracha, al menos con consciencia de ello. La última vez que me enfrente a una la dejé libre.
Yo había entrado a mi habitación con el firme propósito de echarme a la cama, leer un par de páginas de uno de los libros que siempre tengo al lado de la cama, apagar el flexo de la mesita de noche, y buscar un sueño placentero, cuando vi corretear una cucaracha, de las pequeñas y marrones, las americanas, la Periplaneta Americana. Aproveché un vaso de cristal que había en la mesita de noche y la metí dentro. La cucaracha en lugar de arredrarse, se mantuvo vital y fuerte, intentando una y otra vez salir del vaso, sin conseguirlo. La observe como media hora, y en ningún momento se rindió. Esta observación más el recuerdo de un capítulo de Justine o el infortunio de la virtud del Marqués de Sade, me llevó a soltarla a la calle, sin causarle el menor daño.
Algunos, tal vez, os preguntéis que tiene que ver el capítulo de la terrible novela del Marqués de Sade con la liberación de esta, en este caso, afortunada cucaracha. Pues bien, Justine, es la historia de una muchacha muy rubia y muy bella y muy virtuosa que sufre las mil a manos de pervertidos señores que se va encontrando a lo largo del tiempo. Unos curas degenerados, unos burgueses con un desaforado apetito sexual, unos señores obsesionados con macabras perversiones, decenas de hombres malvados encargados de abusar de la joven muchacha. Hay un capítulo en el que Justine, después de liberarse de uno de estos personajes malévolos, se encuentra que en un cruce de caminos unos asaltadores están golpeando y robando a un señor. Cuando por fin los ladrones se marchan con el botín, la joven y guapa rubia Justine se acerca al asaltado, le cura las heridas y le ayuda a restablecerse de las heridas. El hombre, una vez recuperado le dice a Justine, que le dará cama y comida si va con él a su casa. Ella decide acompañarlo, y poco después en una alta montaña, aparece el castillo del señor. Una vez dentro del castillo, Justine es apresada, y atada a una noria, a la que, juntamente con otras jóvenes, tiene que mover con su propia fuerza. Ella horrorizada le pregunta al caballero por qué si ella le curó las heridas y le dio comida, él la corresponde de esa manera. A lo que él responde que ella le curó porque quiso, que él nada le pidió, que si ella se acercó fue por su propio gusto, y que él, por su parte obtiene gusto encerrándola en su castillo y haciéndola mover la noria como si fuese un asno. ella no lo comprende, y él (el Marqués de Sade tiene un lenguaje siempre muy filosófico) le acaba diciendo: ¿acaso los humanos no matan a las cucarachas? ¿Acaso las cucarachas son menos que los humanos? Entonces, ¿por qué los humanos se sienten con la potestad para matarlas?
Así que yo decidí no matar más cucarachas, y no sólo eso, sino que además me puse a curiosear sobre su naturaleza, y después de aquella observación de la cucaracha dentro del vaso intentando escapar, y después de los datos que encontré, comencé a ver a la cucaracha como el símbolo de la supervivencia. De hecho, la cucaracha apareció hace tresciento millones de años, mientras que el homo sapiens tan sólo lleva sobre el planeta 160.000 años.

En concreto la Periplaneta Americana, no suele causar enfermedades, tal vez sólo a los alérgicos, o a los asmáticos, aunque sí que pueden dañar la comida. Aún así hoy he apretado el spray causando muerte a tres cucarachas, al menos he visto a tres, que pululaban por el baño, y una por la cocina, que han quedado ya sin vida.

Tal vez todo se deba a que el otro día vi como una casa abandonada estaba llena de cucarachas y me dio mucha repulsión, así que he roto con mis diez años de respeto hacia este animal prehistórico. Lo que yo no sabía, o no era consciente, una vez más allá va mi ignorancia, es que no toda la población sabe de la vida y comportamientos de las cucarachas.

En casa de mis padres, una casa oscura y húmeda, además de calurosa, yo siempre vi cucarachas. De hecho el caso que contaba al principio, de la cucaracha en el vaso, se dio en casa de mis padres. Cuando abandoné la casa de mis padres me fui a un piso, un tercero, después, a un quinto, después de nuevo a un tercero, y sólo en la residencia actual un primero, me he vuelto a topar con ellas. Tal vez esto haya ayudado a conseguir estos diez años de armisticio.

Pues bien, para los que no lo sepan, las cucarachas suelen aparecer en establecimientos, más que en casas, y sobretodo más que en pisos. Se pasean como Pedro por su casa, es decir, a sus anchas, hacia el atardecer, y sobretodo por la noche, cuando todos estamos dormiditos. Por eso siempre es una sorpresa encontrarse a una en el baño cuando uno se levanta a media noche a mear, o en la cocina cuando uno se levanta a beber o a buscar alguna cosilla en la nevera. Durante el día no es común verlas porque se esconden en grietas, la mayoría de las veces. De hecho, suelen pasar el 75% de sus vidas escondidas en grietas o similares.

Creo que lo más antipáticas las vuelve son sus antenas, que ayudan a contrarrestar su práctica ceguera. También que su tripa sea blanda nos causa desasosiego, pero esto sólo se comprueba si se las pisa.

No me hace feliz haber matado a ninguna cucaracha, preferiría no encontrármelas. y ahora, ya no sé como entender aquello del capítulo del Marqués de Sade. Una vez más se tambalean los pilares que uno no deja de construirse, para llevarse por esta jungla que es la vida.

Para los más curiosos dejo un link interesante...

Ladino, la lengua de los judíos españoles.


Hace poco mi curiosidad me llevó a encontrar algo de lo que no tenía ninguna noticia. Grande es mi ignorancia. Se trata del ladino. La lengua que todavía hoy hablan los judíos descendientes de los judíos que habitaban en Sefarad, lo que hoy se conoce como España, pero que en la Edad Media era la Península Ibérica.
En época medieval, judíos, cristianos, y árabes habitaban unos con otros de un modo, al parecer, bastante cordial, pero eso poco a poco fue cambiando, y el año 1492 los judíos fueron expulsados del territorio, por orden y mandato de esos reyes tan cristianos que fueron Isabel y Fernando. Encontré una página donde se puede leer el edicto de expulsión de los judíos.

Actualmente en España hay unos 13.000 judíos. Y en 1992 se volvió a abrir las puertas a la comunidad judía. En el youtube podemos encontrar las palabras de bienvenida que dio el Rey de España a los sefardíes, y videos donde uno puede apreciar la gran similitud entre el ladino y el castellano.

Uno no deja de asombrase de la gran ignorancia que posee.



Miedo a la muerte.

Muchas veces pienso que pertenezco a una generación atrasada, y no porque pertenezca a una generación en concreto, sino todo lo contrario, es como si la generación de mis padres, o sencillamente mis padres estuviesen retrasados una decena de años.
Mi padre nació a mediados de los años 40, en plena posguerra, y yo nací a finales de los setenta. Pero da la sensación que mi padre naciera en plena guerra y yo naciera a principios de los setenta, incluso en los sesenta, pero sin conseguir los beneficios de estas dos generaciones, así que soy como de la generación de los ochenta, pero que habiendo estado cuarenta años en una especie de zulo sin ventanas a un mundo que miraba con nuevos ojos las cosas que sucedían.
Los españoles, encerrados durante cuarenta años de dictadura, tenemos, así lo siento yo, una especie de adormecimiento, pero no todos, tal vez sólo los que provengan de familias más humildes. Sea como sea he comenzado hablando de generaciones, y tal vez lo hubiese tenido que hacer de clases sociales, o de educaciones religiosas.
todo esto lo digo porque cuando yo le pregunté, con seis años, a mi padre, ¿por qué nos morimos? mi padre me contó el mito bíblico de Adán y Eva y del Jardín del Edén. Me explicó que todos nos moríamos, a causa del pecado original. Supongo que una gran mayoría conoce este breve, pero trascendente, capítulo bíblico, en el que dios prohíbe a Adán y Eva, primeros moradores de la Tierra, que coman fruto alguno del árbol de la sabiduría. en caso de hacerlo ambos sentirían vergüenza el uno del otro, se verían desnudos, y finalmente serían castigados. Cuenta el mito que Eva, seducida por el demonio en forma de serpiente, arrancó el fruto del árbol, unos dicen que fue una manzana, otros un higo, e incluso otros que fue un melocotón. Le dio a probar el fruto prohibido a Adán, quien finalmente consistió en morder, y ambos acabaron sintiendo vergüenza el uno del otro y finalmente recibiendo el castigo divino de ser expulsados del paraíso, perdiendo la eternidad. Adán debería trabajar para conseguir el alimento, y Eva sufriría el dolor del parto. Como mito, como historia, es bonito. pero no deja de ser un mito.
Lo terrible de todo esto, es que un niño de seis años, que no entiende de mitos, y sobretodo cuando su padre no le comunica que esto es un simple mito, una parábola, un modo de explicar algo, comienza a pensar que si el tal Adán no hubiese mordido de la manzana ahora no tendría porque morirse ninguna persona.

Bueno, pues esto es lo que yo comencé a pensar. Si Adán y Eva no hubiesen mordido del fruto prohibido ahora no tendríamos porque morir. A esto se le llama Pecado Original. Durante algún tiempo, pues, creí, que como consecuencia del pecado original todos íbamos a morir.

A todo esto, hay que añadir que fui educado en un colegio de curas, donde no había día que no se rezase el padre nuestro, oración que no soporto, y que continuamente se nos hablaba de todos estos mitos como si fueran ciertos.

España, por más que quiera sigue anclada a la educación cristiana, y a la religión católica, y creo que esto no es muy positivo.

Durante muchos años tuve mucho miedo a morir, miedo a la muerte, con pesadillas y demás penas. Una noche, recostado en la cama, con la sensación de la muerte, de que iba a morirme, hice un experimento, al principio bastante angustioso, pero que poco a poco fue liberándome. Comencé a pensar en la muerte, en si yo me muriese esa misma noche, en qué sería de mi si mañana por la mañana ya no podía volver a despertarme, y cuando más miedo tenía más me forzaba a imaginar. Me imaginaba a mis amigos, a mi familia, en el entierro. El día siguiente a haber sido enterrado, la semana siguiente, la otra, un año después. Y así, iba forzándome a imaginar la vida sin mí. Poco a poco comencé a superar mi miedo a la muerte. Tuve mejores épocas y las tuve peores. porque el miedo nunca he conseguido quitármelo del todo. Aunque ahora, más que morir, lo que me disgusta, es morir por la noche, de un modo inconsciente. Preferiría morir, al menos así lo siento ahora, totalmente consciente.
Para ayudar a superar la muerte recordé una frase de mi abuelo, quien siempre decía que si todas las mañanas, al despertarnos, nos mirásemos al espejo, y nos recordásemos que vamos a morir, no serías tan estúpidos, ni tan cretinos. Eso es lo que hago todos los días, recordarme que me voy a morir, y que un día más sigo vivo, lo cual es una maravilla y una suerte.
Que estemos vivos es una casualidad, producto totalmente del azar, y de la probabilidad. Existen los humanos de un modo azaroso, y existo yo como humano de un modo todavía más azaroso, por lo cual doy gracias a la existencia, y no a ningún dios con barba que tenga ningún jardín con melocotoneros o manzanos.
Me he fijado en procesos naturales para comprender la muerte. Por ejemplo el crecimiento de una semilla hasta que se convierte en una planta, y la posterior muerte de esta planta, o de una flor. es parte de todo ser vivo. Nacer, crecer y morir, y si en todo este recorrido tiene tiempo o suerte de reproducirse, pues nace, crece, se reproduce y se muere. no hay mucho más, pero no es poco.
Leer libros me ayudó. Y me sigue ayudando a escaparme de esta generación atrasada a la que pertenezco. Leer te hace olvidar la realidad, pero a la vez te hace entender la realidad de otro modo, te da herramientas, y te da posibilidades. Es interesante saber el mito de Adán y eva, pero igual de interesante saber que Cronos devoraba a sus hijos, pero que finalmente Zeus consigue matar a cronos, su padre. Y no está de más conocer los principios ying y yang de la sabiduría china. O que Keb, era un dios egipcio, que estaba recostado sobre Nun, un lecho acuático, y que Atón navegaba con una barca.Y saber que los hindúes creían que la tierra era sujetada por enormes elefantes.
Todas las culturas han intentado explicarse que es esto de la muerte, no sólo la religión, también el arte, o la ciencia, la filosofía.
Cuando me asalta el miedo a la muerte intento recordarme que es propio de mi naturaleza, que no es ni positivo, ni negativo, sino algo más, que es común entre todo ser vivo, y que la muerte confirma que quien la padece es porque estaba vivo, y eso es extrañamente casual y fortuito. Y que nadie tiene razón ni deja de tenerla. Todas las culturas aportan su modo de ver ese estado transitorio.

Al principio, cuando hablaba de lo que siento hacia mi generación, es que nunca me he topado con nadie de mi edad que me dijese abiertamente que una vez había creído en lo del pecado original, y que eso le había dado rabia y frustración.

Aunque otra cosa quiero decir, si los de mi generación no tuvieron esa pena, que tal vez sí, tampoco les oí alegrarse abiertamente de ese punto fascinante que es el existir, salvo contadas excepciones.
Una vez un amigo, con quien hace mucho que no coincido, me dijo que todos éramos unos verdaderos ganadores desde nuestro inicio. De todos los espermatozoides que corrían, nosotros fuimos los primeros en llegar, y los más fuertes a la hora de romper el óvulo. Y siempre que recuerdo esto me da mucha fuerza para seguir corriendo, y dejar de sentir miedo por la muerte.



jueves, 7 de agosto de 2008

¿Debe uno saberlo todo? La curiosidad mató al gato.



La curiosidad a veces te lleva a lugares turbios, o difíciles... Dicen que "la curiosidad mató al gato", aunque no se si esto llegaría a ser muy cierto, porque los gatos aunque son muy curiosos, son también muy prudentes. Y tal vez, más que curiosidad, lo suyo es investigación. Si mueves un mueble de la casa, rápidamente irán allí a ver que hay, pero no van a cotillear sino a buscar si por ahí hay una nueva escapatoria, o hay algún peligro. Los gatos nunca atacan, a no ser que se vean amenazados. Si un perro, por ejemplo, les ataca y no pueden escapar, acudirán a la esquina para sentirse protegidos por detrás y así sólo tener que defenderse por delante con las zarpas. Muy antes de todo esto, harán como si escupieran, para intimidar al rival. Así que, la conocida frase "La curiosidad mató al gato", tal vez no sea tan cierta.
En el caso de los humanos, no podemos decir lo mismo. La curiosidad, además de la investigación, muchas veces termina en algo funesto. Yo menciono la bomba atómica, porque creo que es el paradigma perfecto para expresar que la curiosidad humana no tiene límites.
Cuando uno no se contenta con lo que le dicen, o con lo que escucha, y se pone a curiosear, se puede llevar más de un susto, incluido el susto mortal. "Meter las narices donde no te llaman", es otra de las frases recurrentes. También, "quien no quiera polvo que no venga a la era". Por lo pronto, pues, señalar, que la cultura popular nos advierte, y que ya es cosa nuestra y de nuestra imprudente curiosidad, querer meter la nariz donde no te llaman, o ir a la era.
Todo esto, lo escribo, porque soy bastante curioso, y mi curiosidad me ha llevado a ver cosas que seguramente no era necesario que viese, o al menos, no tan necesario. Igual de feliz, o más, hubiese vivido, sin verlo.
Pero claro, uno debe pagar de alguna manera, el querer saber, el no conformarse con lo que le han dicho, y el intentar ser cada día un poco menos ignorante, lo cual no te priva de ser un gran ignorante.

Hace ya bastante tiem
po, vi un documental, que me recomendó una amiga, entonces compañera de trabajo, que su marido había bajado de la red. (Este sería otro tema, como la red ha ayudado a que podamos saber cosas, que nunca hubiésemos, ni siquiera, imaginado que queríamos saber.)
El documental se llama "La pesadilla de Darwin", y si alguien quiere saber más, sentirse menos ignorante, pero pagar el precio de sentir dolor en el estómago, de sentir cómo se te cierra el estómago, yo le aconsejo que lo vea. Es del 2004, y fue dirigido por Hubert Sauper. No tengo la capacidad de resumidor, así que no haré ningún resumen. Sólo decir que habla de la brutalidad, la crueldad y la miseria a la que se ven sometidos los habitantes del Lago Victoria, en África. Dejo unos enlaces para los más curiosos. Si te pica la curiosidad... Por supuesto se puede ver en el youtube.

Hace un mes aproximadamente vi algo, también bastante terrible, y a punto estuve de no verlo... pero... pensé... que aunque me iba a golpear el estómago... y se me iban a quedar imágenes en la cabeza... pensé... que es parte de nosotros... la muerte es parte de nosotros... y la autopsia, que es lo que yo vi, una autopsia, es el estudio de lo que sucedió para que se diese una muerte "extraña". Si alguien tiene sus dudas... yo creo que no pasa nada si no se ve... porque empieza muy directo... no hay presentación... no hay títulos de crédito ni nada por el estilo... Empieza, y lo digo porque acabo de verlo buscando el enlace, con un corte de bisturí del cuello hacia el pecho. Así sin más, directo al trabajo.
No recuerdo cómo llegué hasta esta página. No sé qué buscaría, no soy médico, aunque me puedan interesar partes de la medicina... tal vez información sobre alguna enfermedad... No lo recuerdo. El enlace es hacia el blog que cuelga el video, que es de medicina, de hecho se llama medicinaglobal.blogspot.com. He preferido dejar a la curiosidad el que se pinche el video desde esa página. Por cierto, hay un par de comentarios, supongo que de dos médicos, muy graciosos, pero el video es terrible.

La tercera cosa de la que quería escribir, es algo que he visto esta tarde y que me ha llevado en realidad a escribir todo esto.
El otro día me puse a buscar documentales de animales, pero no cualquier documental de animal, buscaba, en concreto, unos documentales que hicieron en La 2, sobre como el humano a partir del estudio de los animales había aprovechado ciertas técnicas o ciertos componentes animales. Recuerdo uno de termitas, en el que aparecía un arquitecto que había hecho diseños a partir de termiteros. Era muy interesante, pero los busqué y no di con ellos, porque no recuerdo cómo se llamaban los documentales. Me puse a buscar documentales sobre Animales Sorprendentes, porque recuerdo un título parecido, pero lo único que encontré fueron unos documentales sobre Animales Sobrenaturales. Ayer vi uno... y la verdad es que era espectacular, estaba muy bien grabado... Y una vez más se me hizo evidente la gran ignorancia que poseo... además de ver que los humanos tampoco somos tan listos ni tan inteligentes, ni tan perfectos... Salía un pez, no recuerdo el nombre, que miraba el espacio y su cuerpo se mimetizaba totalmente, incluso llegó a convertir su lomo en una cuadrícuala de tablero de ajedrez. Impresionante. Pero es que luego, había un cangrejo que iba poniéndose lo que encontraba cerca para camuflarse. Cortaba así como retales y se los iba pegando al cuerpo con las pinzas. De verdad, que eso fue muy impresionante. Me gustaría poneros un enlace... pero no lo hay... lo máximo... buscar en la red Animales Sobrenaturales.
Bien, pues buscando esto de los animales, de pronto, delante de mí, apareció un documental que llevaba el siguiente título: "Ejecuciones, mutilaciones, asesinatos, peleas ilegales y suicidas." Aquí, si esto fuese una escena teatral , escribiría una pausa, o directamente un silencio. ¿Qué os parece el título? Con ese título cualquiera le da al clic... Me lo descargué... No sé si es legal o no, decir que está en el emule... pero como es cierto... pues yo no voy a decir ninguna mentira... si en el buscador escribes este tremendo título ahí te aparecerá... Cuando por fin se haya descargado... haz un alto... respira... y no te apresures... Asegúrate primero que eres mayor de edad... que no tienes enfermedades graves en el corazón... y que por supuesto vas a digerirlo... de hecho yo creo que estoy escribiendo aquí para poder digerirlo... Asegúrate también que vas a hacer otras cosas después que te lo van a sacar un poco de la cabeza... Por supuesto, yo no lo recomiendo para antes de ir a dormir... Yo lo he visto solo... no se si será mejor verlo solo o con gente... No lo sé... pero es tremendo... es muy bestia... No hay títulos de crédito, ni nada... tan sólo una recomendación... mayores de 18 años... e imágenes extremadamente crudas, dice textualmente. Está en inglés, pero subtitulado en castellano, aunque a veces no está muy bien traducido.
En televisión, en las noticias, a veces aparecen imágenes terribles. Recuerdo una, creo que era en Irak, de un islamista matando con una metralleta, a la vez que decía Alá es grande. Pero es que el vídeo este es una hora y media seguida de imágenes muy duras. Cuando llevaba ocho minutos, he estado a punto de quitarlo. Al final lo he visto todo, aunque más de una vez no he querido verlo y me he tapado la cara, pero es que me la he tapado con las manos... Pero tapada, sólo lo oía.
Lo más terrible es que no era una película de miedo, todas las imágenes que salían han pasado en la vida real...
¿Por qué lo he visto, si es tan terrible? Por curiosidad, claro. Pero también porque aquí, donde yo vivo, en un sitio bastante tranquilo, en una Europa que parece que no se mancha las manos de sangre, uno vive feliz y menosprecia y juzga a la gente por tonterías, yo me incluyo en el paquete, y toda esa brutalidad acaba olvidándose y abandonada en un plano muy lejano de nuestras vidas.

Tal vez, si no hubiese visto, también por casualidad, la entrevista que Quintero le hizo a Pérez Reverte, no me hubiese sentido tan tranquilo, -dentro de lo tremendo y el "ostión" que me ha pegado al estómago-, para ver el vídeo. Yo, que no he leído ningún libro de Pérez Reverte, creía que este antiguo reportero, ahora (ya hace años) escritor, y académico, y best seller, era un... no sé... un "enchufao". Pero cuando vi la entrevista que le hizo Quintero y oí lo que decía... cambié radicalmente la opinión que tenía... A raíz de eso compré una novela... que todavía no he podido leer... "El pintor de batallas", que creo no tiene nada que ver con los alatristes, ni mosqueteros, ni demás... que no tengo nada en contra, pero no me interesan demasiado... por lo menos no ahora... Las palabras de Reverte me sacudieron por dentro... y lo encontré muy interesante, tal vez más como persona que como escritor...
Así que, supongo que finalmente vi el vídeo porque quería saber. Quería saber qué hacemos los humanos cuando somos tan terribles... Sigo sin comprender por qué lo hacemos... pero por lo menos... sé que el humano hace todo eso... y más...
Una pregunta que le hizo Quintero a Reverte ¿Esos veinte años en conflictos bélicos te han hecho más insensible? La respuesta fue un sí rotundo.
Yo no sé si saber más, o ver todo esto, a uno le puede volver más insensible, lo que sí creo es que te vuelve más precavido, y te hace estar más alerta, más vivo, como los gatos... No es sólo curiosidad, es un modo de protegerse... Aprender por dónde hay que escapar... Porque no creo que la temeridad sea una virtud... Evidentemente tampoco la cobardía...
Pero al menos saber que nos están engañando, o que nos pueden engañar...
Yo creo, que a parte de lo vulnerables y frágiles que somos los humanos físicamente, lo que más vulnerables nos hace... es el engaño...
Saber o conocer es una herramienta para contrarrestar todos esos engaños... de la política, de la religión, de los bancos, de las personas, de nosotros mismos...

No estamos obligados a conocer, pero tenemos el derecho a saber...